lunes, 16 de diciembre de 2013

De poquito en poco.


De poquito en poco voy recorriendo un sendero que se arruga con el viento
y cada parpadeo, cada movimiento, cambia el destino de sus derroteros.

De poquito en poco subo por colinas de piedra y estaño, rodeado de olivos,
con un saco lleno de coronas viejas y esperanzas que recojo por el camino.

De poquito en poco me hago viejo y me duelen los pies llenos de recuerdos, 
prendo candelas con cardos secos, y la llama enfrascada de un sol ya muerto.

De poquito en poco me descarrila el aire,
me persiguen gigantes con sus molinos.
Me persigue el tiempo, me persigue el destino,
me persigue el azar y hasta el propio camino.

De poquito en poco me busco y me encuentro,
me digo que he salido, que ya no me espero,
que deje de buscarme, que ya no me quiero, 
que casi me olvido, que ya no me muero,
que no quiero verme, que estoy como nuevo,
Que bebo de noche los mares sin hielo,
que no me interesa el color de los vientos
ni mis canciones, ni mis sentimientos.
Que estoy harto de soñar despierto,
que no quiero planes ni mierdas de cuentos,
que no tengo tiempo y que me largue,
a tomar por culo, a joder a otra parte. 

De poquito en poco me marcho y dejo flores en mi puerta,
desando lo andado con la luna a cuestas,
con la guitarra ronca y la voz enferma,
vuelvo al sendero, con mis enemigos,
buscando un yo que me quiera conmigo.

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