domingo, 5 de junio de 2011

Un cuento de navidad un tanto pasado de fecha (tercera parte)

Siéntate, esto va a ser Legen...espera...Dario!


Bien, dado que perdí unos cuántos lectores con mi avería del ordenador y que no suelo dejar las cosas a medias, yo, Milton Stinson, como aprendiz de Pablo Motos, que a su vez es aprendiz directo de Chuck Norris, os propongo que leais y acabéis mi relato navideño incompleto, si, en pleno Junio.


-T...tu...p...Pe…pero si yo…yo te maté.
-Ja,ja,ja,hou, a mi no me puedes matar chico, ay, si yo hubiera muerto por cada “accidente” de estos que he tenido…
-P… ¿pero cómo?, acaso no eres humano.
-No, no lo soy, y si te dijera lo que soy tendría que matarte.
-Oh, Santa, no sabes cuánto lo siento, me equivoqué, debería haber preguntado antes de trincharte como a un pavo.
-Tranquilo chico, estás perdonado.
-Pero aún así, ¿hay algo que pueda hacer por ti?
-Hou, hou, a decir verdad, me has retrasado mucho con este pequeño incidente, me vendría muy bien que me ayudaras con el reparto, luego te llevaré donde quieras ir.
-Será un honor ayudarte con el reparto.
-Pues adelante, vámonos.
- Espera Santa, antes quiero hacerte unas preguntas.
-Desde luego chico.
-Bien, la primera es: ¿Cuánto cobras por trabajar en noche buena?, debe de ser un pastón, porque luego no trabajas en todo el año.
-Pues no te creas eh, me pagan lo justo, aunque no lo creas en el cielo también hay crisis, como vosotros tenéis menos dinero para regalar a la iglesia, los de arriba tenemos que apretarnos el cinturón, mira, San Pedro por ejemplo ha entrado en el mundo del espectáculo, trabaja como protagonista en una serie de televisión, se llama Padre de familia o algo así, San Milton se ha hecho un blog, y aunque no cobra, le va bien, tiene muchos  lectores. En fin, yo también tengo dos trabajos, el resto del año, en lugar de llevar regalos a las casas, secuestro niños, se me conoce como Hombre del saco.
-Vaya, es un poco irónico ¿no crees?
-Ja, hou, ja, hou, la vida es una ironía chico.
Y así Tallahassee ayudó a Santa, y recorrió todo el mundo en una sola noche, y tras acabar todo el reparto y después de haber visto todos los horrores del mundo en un par de horas,  solo quedaba un regalo en la bolsa, era para Tallahassee, un billete, en blanco, el ponía el rumbo.
-Y bien Tallahassee, ¿adónde quieres ir?
-………………………, volveré a casa, creo que esta noche me he dado cuenta de que no hay mejor lugar que el hogar, con mis seres queridos, mi familia y amigos.
-Pero si tus amigos murieron en la ventisca.
-No, Frankie no.
-Sí chico, Frankie ha muerto esta noche, se ha caído en un agujero y a muerto congelado mientras te buscaba.
-Vaya, bueno, me debía  pasta, y aunque fuera dinero canadiense, el dinero es el dinero.
-Si, a mí también me deben pasta, ni siquiera nosotros, los inmortales nos libramos de pagar impuestos y esos cabrones de Hacienda siempre buscan algún motivo para darte por el culo, pero bueno si lo que quieres es volver a tu país de mierda, allá tu.
-Jo Santa, esperaba unas palabras de apoyo, algo como “hou, hou, hou, haces lo correcto chico, en navidad hay que estar con los tuyos”.
-Pues no macho, yo vivo solo con un montón de elfos nepalíes enanos, se podría decir que ellos son mi única familia, y ni siquiera hablan castellano, y es que no puedo ser cariñoso con ellos, porque si no se les olvida quien manda y eso es un desmadre, así que tengo que echar mano del látigo, porque si no, no me trabajan los cabrones, ya sabes, mano dura con los salvajes.
-Santa, eres un poco fascista ¿no crees?
-No, soy realista, esto se nos está llenando de inmigrantes, ¿tú querrías a un Papá Noel pancho? , yo solo digo que esto con el caudillo no pasaba, ¿a qué no?
-Yo qué coño se, soy canadiense, en mi país solo hay alces y Pamela Anderson, bueno, déjame en paz de una vez y dame mi billete, que me voy a casa.
Y así Tallahassee regresó a casa, justo a su cama, y habría pensado que todo era un sueño, excepto por el detalle del pez espada con el morro ensangrentado en la cocina y la gran mancha de sangre emborronada que iba desde el salón hasta la calle Queen.
Historia real…
No me lo creo ni yo, en cuánto pudo recuperar toda la pasta que le debían sus inertes amigos (extorsionando familias y secuestrando niños) Tallahassee se largó de ese pseudopaís y vivió más feliz que nadie en el glorioso estado de Hawaii.


Lo que pasó con nuestro ladronzuelo:
El incidente del muelle, lo tomó como una señal, y con ganas de redimir sus actos y por miedo también a que el chico fuera a la policía, nuestro ladrón se reinsertó en la sociedad, estudió y estuvo un tiempo trabajando como cirujano jefe de un hospital en Houston, pero fue despedido, ya que su cleptomanía seguía latente y le pillaron robando un páncreas a un paciente que requería un trasplante de  corazón. Se le retiró la licencia y ahora trabaja en un Burger King, tsch, pero es el encargado. Ahí queda eso.

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