La Buena Batalla.

Siéntate, esto va a ser Legen...espera...Dario!

Bueno, aquí estoy otra vez, no tengo absolutamente nada que contar, pero dejadme, que se me da muy bien eso de que se me ocurran cosas sobre la marcha, anda, mira hablando de marcha, os voy a contar mi experiencia en la marcha en pro de los estudiantes en Valparaíso el 19 de Octubre de 2011.

Pues estaba yo un día cualquiera en pancholandia, mirando los rituales de los indios en la tele, para adaptarme un poco y tal, cuándo llamó mi primo, que si quería ir a Valpo a acompañarle a la mani, le dije que claro, después de prometerle a Ana que no me metería en líos cogimos el otobus y tiramos pa la costa, ya allí nos reunimos en la plaza de armas con el resto del sarao que serían unos.. no se, pero mas de 1000 éramos, y tras una hora de esperar empezamos la marcha, nos acoplamos a un grupo que cantaba cosas guays con bombos en plan "A ver, A ver (PumPumPum) ¿Quién lleva la batuta? (PumPumPum) Los estudiantes (PumPumPum) A los hijos de puta."
(A ver, a ver, a ver, Weedsmi, páralo todo.
Para seguir contándoos esto tengo que decir algo, cada vez que escriba un chilenismo, pondré entre paréntesis su significado, sigo.)
Y otras cosas guays en plan "Somos caleta (muchos), más que los pacos(nombre peyorativo para los agentes de la ley chilena) y somos mas choros (valientes) peleamos sin Guanaco (carro lanza agua de la policía.)"
cantábamos también al compañerismo con cosas como "Vamos, compañeros, hay que ponerle un poco más de empeño, salimos a la calle nuevamente, la educación chilena no se vende.."
Imaginaros a mil jóvenes eufóricos perdidos, y con muchas ganas de luchar caminando por las estrechas calles del puerto, la nube de hormonas era casi visible, nuestra voz, un rugido que le encogía el corazón a los diputados aún cuando no habíamos llegado a destino, nuestros pasos estremecían la tierra y le aceleraban el corazón a los policías apostados en la enorme plaza que queda frente al congreso, avanzábamos firmes, rugiendo, y la gente nos apoyaba, es una sensación increíble marchar y sentirte parte de algo tan grande, y mirar hacia el cielo y ver como desde los balcones la gente dejaba caer papelitos de colores, Valparaíso recibía al monstruo del uniforme como a un héroe, la gente nos daba gritos de ánimo y nosotros respondíamos con tambores y cantos, hasta que llegamos a la plaza del congreso, una fila de Tortugas ninja (Anti disturbios*) y tras los policías con armadura, un enorme carro lleno de agua estancada y maloliente listo para hostigar esos jóvenes locos, paramos en silencio, yo estaba casi en primera fila, podía oír los murmullos de duda detrás de mi, pero no tenía miedo, había ido a luchar, me quité el jersey, los encapuchados (Fanáticos sin ningún tipo de simpatía por la protesta mas que el de provocar caos) comenzaron a atacar con piedras, lanzándolas por encima de la valla del congreso, a algún diputado insensato se le debió olvidar que había protesta y dejó su coche aparcado en el patio del congreso, dudo que su seguro cubriera la práctica pulverización de su coche, los anti disturbios empezaron a moverse, lentamente, como si no los viéramos, rodearon a los encapuchados por los dos lados de la plaza, pero un cuarentón con armadura nunca será tan ágil como un chico de 19 años en chándal, los encapuchados recularon desbandados, pero escondiéndose entre nosotros se reagruparon y lanzaron otra ofensiva con piedras, las tortugas ninja respondieron con lacrimógenas.
Os aseguro que es muy difícil explicar el malestar que provoca la lacrimógena, irritando mucosas, se hinchan los ojos y se llenan de lágrimas, la nariz se tapa y la garganta se obstruye y pica endiabladamente, lo más efectivo es chupar trozos de limón, despeja las vías respiratorias.
Me anudé el jersey alrededor de la cara y me metí en la turba que se iba sobre los policías, nos repelieron con múltiples granadas lacrimógenas, y para cuando nos habíamos reagrupado el guanaco ya avanzaba, imperturbable se acercaba a la distancia propicia para que el impacto del agua fuera doloroso, huimos, tenía la adrenalina por las nubes, sentía que podía mover un camión con mis propias manos, mientras huíamos calle abajo un coche blindado de la policía nos bloqueó el paso, nos desbandamos por las calles laterales, el blindado siguió al grupo en el que yo iba, corría con todas mis fuerzas, había dejado de ser un juego, ahora si me pillaban estaba jodido.
Perdí el blindado de vista y me paré a respirar, un chico gordito pasó corriendo a mi lado, no le presté demasiada atención, solo pensé que debería estar en mejor forma para poder huir, de repente el blindado reapareció a pocos metros de mi, comencé a correr, adelanté al gordito y por el rabillo del ojo vi como el blindado se paraba a unos 7 metros de donde estaba yo y a unos 3 del gordito, se bajó una tortuga ninja y agarró al gordito, le estaba moliendo a palos pero desde la otra acera vi como un grupo le lanzaba piedras hasta que soltó al crío y se volvió a la seguridad del blindado para guarecerse del aluvión de piedras, continué corriendo, encontrándome a veces con el guanaco y evitando caer empapado por ese líquido putrefacto, llegué a una calle concurrida, me anudé el jersey a la cintura y caminé con bajo perfil hasta la playa, se me erizaron los pelos de la nuca cuando pasaron un par de patrullas junto a mi pero no me prestaron atención caminé hasta el puerto, me paré apoyado en la  valla que me separaba del mar y respiré esa brisa marina durante un rato, me subí a un autobús lleno de jóvenes, reconocí algunas caras de las que acababa de ver en la marcha, iban comentando impresiones, yo, me senté con la cabeza contra le ventana, en silencio, no había vuelto a encontrar a mi primo así que estaba solo, cerré los ojos y me alejé del puerto con una sonrisa en los labios y el honor del deber cumplido en el corazón.

*Lo de tortuga ninja viene porque aquí la policía va de verde, y con la armadura anti disturbios parecen tortugas ninja.